Arte y Espectáculos

Verónica Zumalacárregui: “En nuestros países se cocina para estar juntos”

La comunicadora estrena su nueva serie "Los antojos de Vero" por el canal El Gourmet, luego del suceso de "Me voy a comer el mundo".

La comunicadora española Verónica Zumalacárregui estrenará este miércoles a través de la señal de cable El Gourmet “Los antojos de Vero”, un nuevo ciclo de divulgación de la cultura culinaria, esta vez y a raíz del contexto pandémico, centrado en su país para, avisa, compartir con la audiencia “lo que significa comer en España”.

Tras el suceso de “Me voy a comer el mundo” desde el que impuso un modo personal y fresco de conocer la cocina y los sabores del mundo, la periodista, de 33 años, enfrenta los avatares de la pandemia de coronavirus inventando un nuevo formato remitido a España.

“La pandemia me lo puso en bandeja y he convertido la situación obligatoria en una oportunidad por mostrar y compartir con mis seguidores mi cultura gastronómica y lo bien que se come aquí, uno de los países donde mejor se come en el mundo”, señala Zumalacárregui a Télam y otros medios latinoamericanos.

En una rueda de prensa con esta agencia y medios de México y Chile para presentar “Los antojos de Vero”, indica que “la estructura de este programa lo hace más fácil de grabar que ‘Me voy a comer el mundo’ donde visitábamos mercados y la propia calle donde no se puede sostener la distancia social”.

“Digamos que al ser más un reflejo de mis planes y a que es un tú a tú, no ha sido muy complejo de realizar más allá de todos los protocolos y de hacernos las pruebas de PCR’s antes de cada viaje y además las cosas están un poco más tranquilas en España”, repasa.

“Los antojos de Vero” podrán verse desde el próximo miércoles a las 18.30 en las pantallas de El Gourmet de Cablevisión, Telecentro, Movistar TV, Claro TV y Supercanal y una hora más tarde en la de Direct TV.

Sin la posibilidad de pasearse por diferentes continentes como hizo en su referencial espacio ni tampoco intimar como en “Abuelita linda” (rodado en México), aquí recorre España para mostrar sus platos, productos y gastronómicos preferidos, emblemas de la gastronomía de ese país.

El primer antojo es el jamón ibérico, por lo que viaja a Salamanca, visita una fábrica donde se curan las patas de jamón y conoce a Florencio Sanchidrián, el mejor cortador de jamón del mundo y el segundo episodio la llevará a la isla canaria de El Hierro donde, además de probar manjares y hacer buceo, se aloja en el Hotel Puntagrande que está en el libro Guinness de los Récords como el hotel más pequeño del mundo.

“Sigo siendo muy natural y expresiva pero desde una faceta más personal porque me dirijo al espectador con la cámara en mano, con mis observaciones a tiempo real, incluyo encuestas en mis redes sociales y en realidad es un reflejo de mis planes, de mi ocio culinario ya que gran parte de mi ocio lo destino a comer”, comenta sobre el espíritu del nuevo ciclo.

Sobre su propia vivencia con las comidas de su tierra, Zumalacárregui apunta que “en la gastronomía española hay algo clave que me ha empujado a viajar por el mundo porque en España la comida nos une más que en cualquier otro lugar del mundo por esa cultura de las tapas que invitan a compartir, a la convivencia, a socializar, a la comunión, a disfrutar en conjunto”.

En otro apunte acerca del envío, desliza que “es compartir lo que significa comer en España y también abro una puerta a viajar conmigo a lugares muy especiales de España como las islas de Hierro y Menorca que mucha gente, incluso en España, tampoco conoce. Es algo que comparto desde un punto de vista personal y lo hago con el corazón”.

Por el hecho de dialogar con personas de Latinoamérica, la animadora viajera resalta que “somos de esas culturas a las que nos importa invertir mucho tiempo para cocinar porque sabemos que cocinar implica reunir a la gente que quieres y se cocina para estar juntos. Además es evidente que nos gusta comer bien. Definitivamente somos sibaritas”.

Consultada acerca del impacto de la pandemia en los hábitos culinarios y en ese compartir, reflexiona que “creo que nos ha animado a cocinar más por estar recluidos en casa e inoculados y en el terreno de compartir es verdad que lo ha modificado, pero mínimamente. Seguimos compartiendo pero tenemos que servirnos en cada plato y con nuestros cubiertos, ahora somos un poco más escrupulosos”.

En otra mirada acerca del contexto, indica que “cada vez está más en boga el comer sano y sostenible, la comida del kilómetro cero para intentar comprar productos cultivados en zonas cercanas, consumir cosas con menos fertilizantes y un poco menos de carne y de mejor calidad. Todo en su justa medida e incluso un escarabajo de vez en cuando, lo digo yo que me he comido muchos”.

Sobre esa referencia a alimentos exóticos que probó en sus viajes, agrega que “estábamos en Bangkok, tenía fiebre y me estaba saliendo la muela del juicio por lo que tenía la cara hinchadísima y estaba intentando dormir en la furgoneta y casi muerta de verdad en un clima húmedo y agobiante. Cuando alguien del equipo vio que vendían insectos y nos detuvimos para filmar la experiencia de comerme un escarabajo que era lo más asqueroso de todo. Pero terminó siendo divertido”.

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